martes, 16 de agosto de 2011

La vida me dio boca de jarro, siempre fui el último orejón del tarro

La ausencia no es sinónimo de felicidad, paz o superación personal. En mi caso significa falta de tiempo. Pero en qué pierdo tanto tiempo? siempre pierdo algo?
la energía no me alcanza, terminé comprendiendo porqué soy una egoísta: pienso en mi todo el tiempo, aunque sea para mortificarme. Aunque no es algo taaan absoluto.
Cuanto me cuesta exteriorizar algunas cosas, todo me demanda demasiado esfuerzo y aunque lo intente nunca es suficiente.
Nunca vas a poder ser la mejor, ni siquiera ser buena. Habrá algo hecho para mi??
Recuerdo cuando estaba en jardín de infantes y me puse a llorar porque no sabía atarme los cordones. Al tiempo terminé atándoselos todo el tiempo a mi mejor amiga. Siempre se puede, no?  NO? seguro?
Siempre quiero ser la mejor, pero no es tan así.
El otro día jugué al bowling, tiraba todo a canaleta: yo pensaba "otra cosa más en la que soy un desastre". Mi papá se dio cuenta y me dijo "si no tiras palitos no te divertís, no?" Desgraciadamente cierto.
Estoy en muchos lugares con muchas personas y al mismo tiempo no estoy en ninguno y me encuentro sola. Qué será de mi? Me ahogo! me estoy ahogando, poco a poco.
Juro que ya no sé que hacer para no necesitar vivir con la aprobación de los demás! porqué soy siempre yo la que hace todo mal? por qué? No veo que le digan algo a nadie más! Siempre me olvido y me cuelgo.
Colgarme es un gran defecto, pero es parte de mi esencia, no puedo desligarme de ellos como quien se quita un pantalón.
Me cansé  de mi y de escribir siempre sobre lo mismo!

1 comentario:

DaveID dijo...

Leyendo tu blog, creo que me siento igual. Siempre viviendo a expensas de los demás, intentando cumplir con sus expectativas, viviendo al límite, pero de forma realmente egoísta, tratando de ser siempre el que llame la atención por no llamar la atención, viviendo en mi pila de basura, autocompadeciendome, y aunque tengo ganas de suicidarme, creo que tengo que continuar porque aún así, la felicidad de los que me rodean es suficiente para mi, ver sus rostros felices, sus rostros riendo, la cara de la chica que me gusta, verla sonreír es una bocanada de aire puros pero, al final, se me termina el tiempo, creo que, seguiré siendo lo mismo alguien mediocre sin aspiraciones que seguirá adaptándose para sobrevivir, el último orejon del tarro.